LOS PLAGIOS LITERARIOS

No tan solo en el panorama de las letras ocurren los plagios de los autores, sino también en otros ámbitos.

Copiar a otros no es sorpresa. Es parte del trabajo artístico. Dicen: “el poeta inmaduro copia, el poeta maduro, roba”

Es de veras impresionante comprobar, cuando revisamos las obras monumentales y sus autores, también monumentales, cómo arribaron a la cumbre …copiando a los demás, aportando muy poco y vistiéndose con rojas ajenas sin un dejo de vergüenza.

Hay varios textos que respaldan estos asertos.

Para muestra, unos botones: La Divina Comedia del Dante copió descaradamente el Purgatorio de otra obra y, como agradecimiento, colocó a su autor…en el Infierno. Shakespeare ,de los 6.043 versos solo le pertenecían 1099. Los otros fueron tomados de autores antiguos y modernos. De sus obras de teatro, increíble, solo una fue creada por él, Venus y Adonis, Incluso lo reconoció. Esto ya suena disparatado. Pero hay estudios que asi lo demuestran. Continúan los préstamos forzados con La Fontaine, La Rochefoucald y sus máximas, de las cuales debiera devolver  300 de las 500 que publicó. Moliere, “que elevó el plagio a la categoría de dogma, dándole la solidez de una institución”, no tan solo saqueó a contemporáneos y predecesores, sino interesó a un joven en el   arte escénico. Éste murió prematuramente. Moliere compró  los trabajos a la viuda, los copió y firmó fríamente con su nombre y luego los quemó, para que no lo acusaran de plagiario. Como dijo alguien “ el robo fue en debida forma, seguido del asesinato”.

En fin, el camino es largo.

En Chile no se habla mucho de esto, aunque por ahí leímos que un poeta hindú Rabindranath Tagore hace tiempo acusó de plagio a Neruda por el Poema 16 de “Veinte Poemas de Amor …”  

En el plano de las artes musicales se escucharon  muchas voces diciendo que algunas canciones folclóricas no fueron creadas por una cantante famosa ni por ciertos cantores populares, sino simplemente fueron plagiadas o recolectadas en el campo, con promesas de pago y nombradía, lo cual nunca ocurrió.

Todo este panorama, muy breve por cierto, nos lleva nuevamente a lo que en otras crónicas hemos expuesto: ¿Se es naturalmente original? ¿Quién fue el primero en escribir o simplemente transitamos por donde otros ya lo hicieron?.

Interesante punto.

Nosotros, a su vez, porque nadie está libre de culpa, pensamos que directa o indirectamente, consciente o inconscientemente, en nuestra tarea creadora, no hemos estado ajenos a los plagios. Nos han plagiado en las redes sociales, lo cual es un homenaje, y la han eliminado cuando se lo hemos dicho. Incluso lo aceptamos, pero siempre que vaya nuestro nombre. Otro ni siquiera lo eliminó y hasta ganó un concurso con algunas semblanzas literarias nuestras. ¡Lucifer lo acoja en su cálidos aposentos!

No se nos oculta que en nuestra tarea literaria también hemos podido cometer el mismo desaguisado. Inconscientemente eso sí, porque cuando citamos, lo hacemos entre comillas.

Es lo mínimo que puede hacerse.

Para terminar, y referido a la originalidad de las obras, alguien, genialmente, dijo que  Dios, para crear al Hombre, lo hizo imitándose a sí mismo, es decir, lo creó “a su imagen y semejanza”.

ARTURO FLORES PINOCHET 2024