LAS RELIGIONES Y SUS CONSECUENCIAS

“La religión sirve para impedir el conocimiento, promover el miedo y la dependencia. Es responsable en gran parte de la guerra, opresión y miseria del mundo” (Bertrand Russel, filósofo inglés, Premio Nobel de Literatura 1950).

Esto se ha sabido siempre. Lo que ocurre es que era un sentir minoritario, propio de pensadores, no pertenecía al clamor de la mayoría.

Se cultivaba en elites, sin demasiado aspaviento.

Hasta que, producto de  la mayor ilustración y de la tecnología (redes sociales, internet) se convirtió en una tendencia generalizada que en la actualidad hace temblar las columnas de las religiones. Ojo, todas, no solo la católica. Todas están en el mismo caldero, guisando patrañas para mantener en alto sus privilegios, su posición dominante, su desdén por el ser humano, aunque digan que es su objetivo  y trabajan para su bienestar espiritual.

Farsa, engañifas, mentiras.

Cuando un gran número de personas, digamos millones, analizaron someramente la situación, tuvieron un furioso despertar al sentirse estafados, tal como les está ocurriendo a muchos con los cantos de sirena de los políticos. Si bien no se han derrumbado estrepitosamente, como se esperaba, perciben el resquebrajar de sus cimientos y la caída estridente es cosa de tiempo.

Meses, años,  Dios dirá.

Al acertado análisis de Bertrand Russel, hay que agregarle algo. Él dice “en gran parte”. Pues en el resto de esa “parte grande” también están los cómplices de las religiones. Comenzando por el poder económico, siguiendo con sus adláteres, los políticos, las fuerzas militares y terminando con el periodismo, fiel servidor de sus intereses.

Con eso, se cierra el círculo.

Nefasta ha resultado, sin duda alguna, la acción de estos poderes fácticos que han regido toda la existencia  en el planeta. Unos pocos poseyendo el poder y el resto sufriendo sus consecuencias. Y no es una semántica comunista, porque ellos hacen exactamente lo mismo cuando acceden al dominio, sino es una lamentable realidad.

Las incontenibles ansias de imperio son las únicas válidas para sostener los sistemas que agobian a la humanidad.

¿Hasta cuándo? Sólo Dios lo sabe, aunque seguramente debe estar más que sorprendido al comprobar cómo su nombre es enarbolado como excusa para que las religiones cometan las mayores barbaridades en el planeta que él creó. ¡Hay tantas!

De seguro, nunca se esperó algo así, aunque El todo lo sabe.

ARTURO FLORES PINOCHET septiembre 2022