LITERATURA DEGRADADA, PANFLETARIA E IDEOLOGICA.

Quienes suman más de 70 años y fueron buenos lectores en su época, recordarán con cierta “saudade” los libros impresos antes del 73. Había allí una abundancia de textos valiosos, notables, no tanto por su profusidad, sino por lo vario de la temática,

Después del 73, el panorama ofrecido por el cultivo de las bellas letras es desolador.

A nuestro juicio, “of course”.

 Las generaciones jóvenes, destinadas a coger la posta de los “antiguos” y proseguir la ardua tarea de publicar buenos libros, desbarrancaron en términos de arte, belleza, composición y altura. En el fondo, no pudieron resistir el embate del encono que les ofreció el periodo dictatorial (aunque no lo vivieron) y sus temáticas quedaron estancadas en la dictadura, los derechos humanos, las desapariciones, los horrores, el factor perenemente ideológico, vacío, amurallado, con escasas opciones por salir del barro y elevar la cabeza sobre las nubes.

No salieron de ahí.

Degradaron las bellas letras a niveles increíbles. Cayeron en lo panfletario e ideológico. Nunca pudieron, siquiera, emular o acercarse a los escritores “antiguos”, a “los dinosaurios” como los tildaban peyorativamente. Se quedaron en la estacada política, solo leídos por grupúsculos afines a sus ideas. Soberbios, eso sí, como todo fanático,” miradores en menos”, limitados y convertidos en enanos mentales.

No hay, si miramos alrededor, alguien que sobresalga o esté a la altura de los antiguos.

Ninguno.

Es por ello que hoy la literatura en curso carece de calidad manifiesta y su presencia es débil, quebradiza, ladeada hacia un lado. En otras palabras, mala, del “verbo mal”, soporíferas y monotemáticas, además de estar penosamente escritas, (cosa que, estamos seguros, no debiera preocuparles).

Es cosa de darse una vuelta por las reseñas de los diarios o por los escasos lanzamientos.

En vez de evolucionar, involucionaron.

ARTURO FLORES PINOCHET 2023